Todos tenemos días buenos, días malos y días promedio… aunque deseamos que siempre sean días buenos la verdad es que, por estadística, no siempre es así.
Si tu expectativa es que así sea estás “condenado” a vivir decepcionado, insatisfecho.
¿Que pasaría si siempre esperases tener un día promedio? ¿Cómo afectaría eso a tus expectativas y sensaciones?
¿Cómo sería un buen día promedio?
Lo que marca la diferencia en tu salud, tus relaciones, en tu profesión y en todo, son tus hábitos.
Toma conciencia de cuáles son tus hábitos, mantén los buenos y sustituye los “malos” por “buenos”. En cada día busca cumplir esos hábitos del día promedio… llegarás lejos y disfrutarás del camino.
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