La Programación Neurolingüística o PNL es un concepto que, tradicionalmente, ha generado bastante confusión. Sin embargo, es de vital importancia para entender la dimensión que pueden llegar a alcanzar las técnicas de coaching. Por este motivo, queremos hablarte de ella en profundidad y explicar en qué se fundamenta.
Definición de PNL
La definición más acertada de Programación Neurolingüistica o PNL, a nuestro juicio, es aquella proporcionada por Steve Bavister y Amanda Vickers que define a este concepto como un modelo de comunicación enfocado en utilizar e identificar determinados mecanismos de pensamiento con el propósito de influir en la forma en la que se comporta un sujeto. De este modo, puede conseguir, por sí mismo, ser más eficiente y disfrutar de una mayor calidad de vida.
Además, el propio nombre de Programación Neurolingüística es realmente interesante a la hora de encontrar una definición acertada:
- Programación: porque examina, analiza y trata de modificar determinadas pautas de comportamiento.
- Neuro: porque para la modificación de esas pautas es imprescindible la interacción del sistema nervioso.
- Lingüísticas: porque dichas interacciones del sistema nervioso deben afectar a las estructuras del lenguaje.
Los cuatro pilares de la Programación Neurolingüistica
Los seres humanos experimentamos el mundo que nos rodea a través de nuestros cinco sentidos. Sin embargo, el volumen de información que recibimos, a veces, es tan intenso que, de manera inconsciente o consciente, tendemos a eliminar todo aquello a lo que no deseamos prestar atención. Y, en muchas ocasiones, ahí está lo realmente importante.
Con el objetivo de evitar que dejemos de prestar atención a lo realmente importante, la PNL se fundamenta en cuatro pilares diferentes, que son:
- Los resultados: cualquier persona tiende a marcarse objetivos en su vida diaria. Pueden ser económicos, personales o profesionales. Sin embargo, la Programación Neurolingüística olvida el concepto de objetivo o meta y lo sustituye por el de ‘resultado’. De este modo, tiene la capacidad de establecer una guía orientada a alcanzarlo, la cual eliminará cualquier excusa o impedimento que el propio sujeto se pueda imponer.
- La agudeza sensorial: a nuestro alrededor hay multitud de pequeños detalles que en muchas ocasiones tienen la capacidad de definir mejor el mundo que nos rodea que lo más obvio. La PNL afirma que hay que prestar especial atención a los presentes en nuestro entorno y a escuchar lo que nos dicen nuestros pensamientos y emociones.
- El comportamiento flexible: la Programación Neurolingüística trata también de eliminar la clásica excusa de “yo es que soy así”. De hecho, afirma que nuestro comportamiento es flexible y que debe ajustarse a lo que sucede a nuestro alrededor. De este modo, puede enfocarse en alcanzar el resultado que realmente se desea y no ponerse trabas mediante una actitud obcecada.
- La compenetración: la PNL también cree que las personas estamos unidas de manera instintiva, automática y natural. Sin embargo, hay personas con las que se conecta mejor y otras con las que se hace peor. Mejorar esta aptitud se traduce en mayor facilidad para disfrutar de relaciones personales útiles en todos los niveles.
El cuerpo y la mente como un todo
Es imposible separar ambos conceptos, aunque otros modelos afirmen que sí. De hecho, lo que pensamos afecta directamente a nuestro bienestar corporal, así como nuestra salud física influye en nuestra mente. Y no solo eso, también tiene influencia en aquellos que se encuentran a nuestro alrededor.
La Programación Neurolingüística también se basa en la incapacidad del ser humano para dejar de comunicarse. Esto puede ser una herramienta peligrosa, pero a la vez muy valiosa si se sabe utilizar adecuadamente. Por ejemplo, el sujeto puede analizar las reacciones de los demás para saber si su comportamiento ha sido el adecuado para alcanzar su objetivo o no y, a partir de ahí, modificarlo y ajustarlo hasta que sea el que desea. También brinda la posibilidad de prever con antelación las posibles consecuencias de nuestros actos.
La intención positiva
Otro aspecto fundamental para entender la PNL es el de la ‘intención positiva’. Este viene a decir que, detrás de cada acción, aunque haya habido una reacción o un efecto negativo, siempre ha habido una buena intención. Por lo tanto, si tras cometer un error esta se exterioriza, resulta mucho más sencillo encontrar una solución.
De igual modo, nunca un sujeto debe obsesionarse con algo. Como decíamos anteriormente, el primer pilar de la PNL es el resultado. Y, si este no se consigue de una manera, no pasa nada, hay que probar otra cosa. Así sucesivamente, sin ningún miedo al error, hasta encontrar la fórmula adecuada.
Si la persona que está a tu lado puede hacer algo, ¿por qué tú no?
La frase del titular de este epígrafe puede parecer manida, pero, según la PNL, no es para nada así. Esto se debe al concepto de ‘modelar la excelencia’. En concreto, se basa en que todas las personas que han vivido a lo largo de la historia de la humanidad han tenido referentes en los que se han inspirado y que han utilizado para alcanzar sus metas.
Por ejemplo, un periodista que desee que le publiquen un artículo y no lo consigue, debería fijarse en el trabajo que hacen sus compañeros y en la manera en la que redactan los textos. Probablemente, acabe encontrando la fórmula adecuada, siempre con su propia impronta, de lograr el resultado que ansía. No se trata de plagiar ni de envidiar, sino de inspirarse y aprender.
Conclusiones acerca de la Programación Neurolingüística
En definitiva, la Programación Neurolingüística o PNL es una disciplina compleja y que, a tenor de las técnicas que maneja, resulta perfectamente compatible y complementaria al coaching. De hecho, cada vez son más los ‘coaches’ que profundizan en sus conocimientos relacionados con ellas para que sus alumnos obtengan los resultados que desean en su vida diaria. Además, se trata de una disciplina en constante evolución y movimiento de la que aún nos queda mucho por aprender.
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